Tortícolis: Prevención y tratamiento

La tortícolis es un problema muy común, y generalmente leve, que afecta a personas de todas las edades y características, pero que puede ser incapacitante.

Desde Vital Seguro os queremos explicar en qué consiste exactamente, sus causas, síntomas y efectos, diagnóstico, tratamiento y prevención.

¿Qué es la tortícolis?

La tortícolis es una afección médica que se caracteriza por la contracción involuntaria de los músculos del cuello, lo que hace que la cabeza se incline hacia un lado y se gire hacia el otro lado. Puede ser congénita o adquirida.

La tortícolis congénita es una afección que se presenta desde el nacimiento y es causada por una anomalía en el desarrollo muscular del cuello.

La tortícolis adquirida, por otro lado, se desarrolla a lo largo de la vida y puede ser causada por diversas causas.

Esta palabra proviene del latín «tortus», que significa «torcido», y «colliculus», que significa «cuello».

 Causas de la tortícolis

Este problema puede ser causado por varias razones, algunas de las cuales incluyen:

-Lesiones en el cuello: Las lesiones traumáticas en el cuello, como las ocasionadas en un accidente automovilístico, pueden producirla.

-Infecciones: Las infecciones, como la otitis media, la sinusitis o la meningitis, pueden ser su origen.

-Problemas musculares: Los problemas musculares, como las contracturas musculares por malas posturas, los espasmos musculares o los desgarros musculares, pueden causarla.

-Problemas de la columna vertebral: Los problemas de la columna vertebral, como la escoliosis, la cifosis o la hernia de disco, pueden contribuir a su aparición.

-Enfermedades neurológicas: Las enfermedades neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o la distonía, pueden provocarla.

Síntomas y efectos de la tortícolis

El síntoma más evidente es la inclinación y rotación del cuello, pero también puede presentarse dolor y rigidez en el cuello y los hombros, dolores de cabeza, mareo y fatiga muscular.

Sus efectos pueden incluir problemas para realizar actividades cotidianas, como conducir o trabajar, y dificultades para dormir.

Diagnóstico y tratamiento de la tortícolis

El diagnóstico se lleva a cabo mediante un examen físico y la revisión de la historia clínica del paciente. El médico puede ordenar exámenes adicionales, como una radiografía o una resonancia magnética, para determinar la causa subyacente y descartar otras afecciones médicas que puedan tener síntomas similares.

El tratamiento depende de la causa subyacente de la afección. En algunos casos, puede desaparecer sin tratamiento. Sin embargo, en otros casos, puede ser necesario un tratamiento médico, que puede incluir:

-Inmovilización del cuello con collarín: Esto hace que la persona pueda mantener el cuello en una buena posición y evitar el dolor.

-Aplicación de calor: Esto será adecuado para reducir la inflamación, especialmente en casos de contracturas.

-Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar a fortalecer los músculos del cuello y mejorar la movilidad.

-Medicamentos: Los analgésicos, los relajantes musculares y los antiinflamatorios pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.

-Infiltraciones: La aplicación de ciertas sustancias medicinales pueden ayudar a relajar los músculos del cuello y reducir la contracción muscular involuntaria.

-Cirugía: En casos graves, la cirugía puede ser necesaria para corregir la causa subyacente, por ejemplo, en el caso de que sea un problema en la columna.

Prevención de la tortícolis

La prevención implica evitar lesiones en el cuello y mantener una buena postura al sentarse y al dormir.

También es importante tratar las infecciones y las enfermedades neurológicas a tiempo para evitar complicaciones. Además, es relevante hacer ejercicios de estiramiento y fortalecimiento del cuello para mantener la flexibilidad y la fuerza muscular.

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